¿Quieres ser auténtico? ¡Arrepiéntete!

WittenbergLa primera de las 95_tesis que Martín Lutero clavó en las puertas de Wittenberg el 31 de Octubre de 1517 declara: “Todo en la vida de los creyentes es arrepentimiento.” Eso es lo que aprendemos al principio del evangelio y eso es lo que ha de caracterizar nuestras vidas a partir de entonces. Seguir leyendo

Grandeza, humildad y servicio

HumildadEn esta entrada podéis leer un comentario de David Mathis (asistente pastoral de John Piper) sobre el último sermón de Piper predicado el pasado domingo. Seguir leyendo

Convicción y caridad cristiana… ¿excluyentes entre sí?

fuerza de atracciónEn esta entrada, John Piper nos trae a la memoria el recuerdo de un pastor y teólogo del siglo XIX que, a pesar de sus convicciones, huyó de las etiquetas que fácilmente lo encasillan a uno e, inevitablemente, lo confrontan a otros.

En este blog (sin entrar en polémicas estériles o en descalificar abiertamente a otros que puedan mantener énfasis o acentos distintos al nuestro) creemos que la postura y el tono adoptado por hombres como Charles Simeon es la más beneficiosa para el avance del Evangelio; pues ésta es, sin duda, la causa común que nos une a tantos otros que a diario y desde virtualmente todos los rincones del mundo escriben o publican en la blogesfera desde una convicción cristiana.

Os animo a leer estas palabras de Piper sobre el testimonio de un hombre que vivió y ministró con convicción (y una fidelidad inquebrantable a la autoridad de la Palabra), y aún así no dejó de esforzarse en el ejercicio de esa caridad cristiana –no una mera coordialidad- a la que indudablemente estamos llamados en nuestro trato los unos con los otros. Seguir leyendo

El Evangelio… ¿y algo más?

A menudo los cristianos buscamos aquella receta mágica que, además de una salvación que ya tenemos muy asumida, nos ayude a vivir mejor la vida en el día a día. Nuestras librerías están llenas de libros con títulos llamativos («Los 10 pasos hacia…» «Cómo conseguir…» «Los 5 principios que te harán feliz…»)
«Ya conocemos el Evangelio, aquel mensaje que nos sirve para ir al cielo«, pensamos. De hecho algunos pueden recordar el día y la hora exactos en los que hicieron aquella oración que cambió sus vidas, ¿pero es que en la Biblia no hay algo que nos sirva para el día a día? Está bien ser salvo, pero, ¿dónde encontramos los recursos para vivir el día a día para la gloria de Dios?

¿Entendemos el Evangelio las iglesias evangélicas?

¿Por qué predicar el Evangelio a aquellos que ya se han convertido? Si no viene ningún inconverso, ¿no sería mejor algo para la edificación, el crecimiento espiritual, la madurez, etc.?

Algunos piensan que el Evangelio es sólo el ABC del cristianismo… pero una vez te conviertes pasas a una fases superior en la que vives en base a tu esfuerzo personal. Es como si Dios fuera el que nos da la salvación, pero a partir de allí ya es cosa nuestra. En definitiva, somos salvos sólo por la fe, pero nuestra vida diaria la basamos en nuestro esfuerzo por ser mejores… ¿es esto bíblico?

Ya damos por sentado el Evangelio, la gracia la damos por entendida y superada, es como si ahora tocase pasar a la siguiente fase (como si fuera un videojuego…)

Espero que este vídeo nos ayude a dejar de pensar en el Evangelio como algo «superado».

Los vídeos de Vodpod ya no están disponibles.

La sonrisa escondida de Dios – John Piper

La sonrisa escondida de Dios

«La sonrisa escondida de Dios» es un libro escrito por John Piper, el cual forma parte de una serie titulada «Los cisnes no guardan silencio». En este volumen, el autor nos acerca a las vidas de John Bunyan, William Cowper y David Brainerd.

Después de leer sus historias, nos preguntamos cómo pudieron soportar lo que soportaron. ¿Cómo se sobrevive a doce años en una húmeda celda de la prisión? ¿Cómo se sobrevive mes tras mes a una depresión que debilita tanto, que la muerte parece la única esperanza? ¿Cómo se soporta la tuberculosis? ¿O el cáncer, o el vacío interior, o la muerte, o la soledad, o el divorcio?

Cualquiera que sea la prueba, ¿cómo se soporta sin que el alma se marchite y se la lleve el viento?

En las vidas de John Bunyan, William Cowper y David Brainerd encontramos la fortaleza del alma que no solo soporta las dificultades, sino que honra a Dios en medio de ellas. El Dador y Sustentador de la vida los capacitó para adorar en medio de todos sus sufrimientos. Esa la razón de que su aflicción diera tanto fruto. La historia de sus sufrimientos, de su perseverancia y de su pasión puede inspirar en nuestras vidas la misma hambre por la supremacía de Dios.

John Piper nos invita a leer sus historias, meditar en sus vidas y sentirnos animados al saber que nunca hay un esfuerzo ni sufrimiento en la senda de la obediencia cristiana que sea en vano.

El propio Brainerd, que pasó una vida llena de sufrimiento hasta su muerte a los 29 años, decía lo siguiente acerca de este sufrimiento y del consuelo de Dios:

Tales fatigas y penalidades sirven para desarraigarme más de la tierra; y, confío, me harán el cielo mucho más dulce. Al principio, cuando me exponía al frío o la lluvia, me consolaba con los pensamientos de disfrutar una casa cómoda, un fuego caluroso, y otros consuelos exteriores; pero ahora éstos tienen menos lugar en mi corazón (a través de la gracia de Dios) y miro más al consuelo de Dios. En este mundo espero tribulación; y ya no me parece extraño; me consuela pensar que podría ser peor; cuántas pruebas mayores han soportado otros hijos de Dios, y cuánto más se reserva todavía quizás para mí. Bendito sea Dios, Él es mi consuelo en mis pruebas más agudas; pues ellas son asistidas frecuentemente con gran alegría.

La tarea de un predicador

john-piper

«La tarea del predicador es minimizar sus propias opiniones, explicar lo que la Biblia dice y aplicarlo a la vida de quienes le escuchan. La tarea del predicador es hacer todo esto de tal manera que te permita ver en la Biblia la base de sus opiniones; porque si no ves de dónde proceden, acabarás poniendo tu fe en [la palabra de] un hombre y no en la Palabra de Dios» (John Piper).

* Para leer el resto de este sermón puedes ir a aquí

Soberanía divina y Jonathan Edwards

200px-jonathan_edwardsMuchos de nosotros hemos pasado por algún período de profunda lucha con la doctrina de la soberanía de Dios. Si llevamos nuestras doctrinas a nuestros corazones, donde deben estar, pueden convulsionar nuestros sentimientos y causarnos noches de insomnio. Esto es mucho mejor que entretenernos con ideas académicas que nunca tocan la vida real. Al menos existe la posibilidad de que de las convulsiones surja una nueva etapa de tranquilidad y confianza. A muchos de nosotros nos sucede como le ocurrió a Jonathan Edwards. Edwards fue un pastor y un teólogo serio de Nueva Inglaterra a principios del siglo XVIII. Fue uno de los líderes del primer gran avivamiento. Sus principales obras todavía suponen un desafío para grandes mentes de nuestros días. Su extraordinaria combinación de lógica y amor le convierten en un escritor profundamente conmovedor. Una y otra vez, cuando estoy sediento y me siento débil, vuelvo a mi colección de obras de Edwards y recibo estímulo de alguno de sus sermones. En uno de ellos refiere la lucha que tuvo con la doctrina de la soberanía de Dios:

Y se ha producido una maravillosa alteración en mi mente respecto a la doctrina de la soberanía de Dios desde aquel día hasta hoy; de manera que casi nunca me he encontrado algo que me plantee alguna objeción contra ella en el sentido más absoluto (…) Desde entonces, no sólo he estado convencido, sinó que mi convicción ha sido maravillosa. Esta doctrina me ha resultado a menudo sumamente agradable, brillante y dulce. La soberanía absoluta es algo que me encanta atribuir a Dios. Pero al principio no estaba tan convencido de ella.

Personal Narrative. Jonathan Edwards: Representative Selections, eds. C. H. Faust, T H. Johnson (New York: Hill and Wang, 1962), p. 59. Seguir leyendo

¿Y a ti qué más te da? ¡Tú sígueme!

follow-mumUnas palabras de ánimo para todos aquellos que alguna vez hayamos sentido el peso asfixiante de la comparación (ya sea la que de forma irracional nos auto-infligimos a nosotros mismos o, de forma no menos irracional, la que otros nos imponen).

Precisamente, tras haber iniciado ayer el ciclo de entrevistas a grandes predicadores, no podían ser más oportunas hoy las palabras que a continuación nos dirige John Piper. Seguir leyendo

Hermanos, no somos profesionales

1145020955cro4aq Los pastores estamos muriendo por la profesionalización del ministerio pastoral. La mentalidad del profesional no es la mentalidad del profeta; tampoco es la mentalidad del esclavo de Cristo. El profesionalismo no tiene nada que ver con la esencia y el corazón del ministerio cristiano. Cuanto más profesionales deseemos ser, más espiritualmente muertos nos levantaremos. No podemos ser como niños, profesionalmente (Mateo 18:3); no podemos ser misericordiosos, profesionalmente (4:32); no podemos clamar por Dios “como el ciervo busca por las corrientes de las aguas,” profesionalmente (Salmo 42:1). Seguir leyendo